Diuréticos NATURALES vs QUÍMICOS… ¿eficaces?

El cuerpo humano está compuesto, en su mayor parte, por agua.

El agua se distribuye de manera muy desigual por nuestro cuerpo, según el tipo de tejido: el músculo tiene un 75% de agua en su estructura, mientras que el tejido adiposo sólo tiene entre el 7-10 %.

A su vez, el agua puede estar dentro o fuera de las células que forman nuestro organismo, así hablamos de agua intracelular (65%) o extracelular (35%). El organismo mantiene este equilibrio por la acción de fuerzas o presiones que siguen leyes físicas. Cuando este equilibrio de agua se pierde, se genera el edema, más conocido como retención de líquido.

El edema más habitual es el extracelular, ya que se genera un mayor flujo de líquido desde el espacio intracelular al espacio extracelular.

¿Cuáles son las causas que producen el edema?

1.-Insuficiencia cardiaca, renal u obstrucción venosa con aumento de agua y sal.

2.-Disminución de la cantidad de proteína en el organismo causada por una intensa deficiencia de proteína, malnutrición, daño hepático y grandes quemaduras. Evita la deficiencia de proteína con comidas nutricionalmente equilibradas.

3.-Fallos en las paredes de los capilares sanguíneos, siendo dichas paredes más permeables en traumatismos o quemaduras.

4.-Procesos inmunológicos: alergias e inflamaciones.

5.-Los vasos linfáticos transportan a la sangre el agua y las proteínas. Su obstrucción ocasiona un edema intenso que suele darse cuando se extirpan los ganglios linfáticos (cáncer de mama) o por tener parásitos en dichos ganglios.

¿Qué podemos hacer para evitar esta situación?

Recurrir a los diuréticos es una opción puntual y sensata. En los últimos tiempos hay una tendencia a darles excesivo bombo a los diuréticos “naturales”, olvidando el mejor, más eficaz e inocuo de ellos, EL AGUA.

El té, café y alcohol se consideran diuréticos por aumentar la diuresis, es decir, necesidad de

agua para su eliminación renal. Esta necesidad de agua se obtiene del exterior al beber, o bien del propio organismo con la consecuente deshidratación. Parte de los inconvenientes del exceso alcohólico pueden atenuarse con la ingestión paralela de agua.

Casi todas las frutas se valoran como diuréticas debido a su alta proporción de agua, más del 90% de su peso (sandía, tomate, etc…). Además, alguna variedad de manzana como la reineta, contiene ácido málico que estimula la diuresis.

El espárrago se considera un diurético debido a la rapidez con que se detecta su particular olor en la orina, olor que lo aproxima al del champagne viejo y desventado. Esto es debido al mercaptano, producto metabólico específico de este vegetal.

La infusión de cola de caballo y la de estigmas o pelos de la mazorca de maíz, sin base científica, se han erigido como eficaces diuréticos, ¿la razón? por el agua que acompaña a toda infusión y no tanto por las propiedades que estas sustancias puedan tener.

Por lo tanto, cuando se precise un diurético como necesidad terapéutica, lo correcto es recurrir al diurético químico por ser éstos los más eficaces (ahorradores de potasio, inhibidores enzimáticos y osmóticos). Ten en cuenta que están considerados medicamentos y por lo tanto cuentan con sus efectos secundarios. De utilizarlos, debe ser el médico el que lo recomiende, ya que cada uno actúa de forma distinta.

Recuerda que en condiciones normales, el AGUA en cantidades adecuadas (2-3 litros al día) es el diurético más efectivo y sin efectos secundarios.