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Baja autoestima por obesidad (en niños y adultos)

La obesidad y el sobrepeso son dos de los males que más azotan a la población española en la actualidad, equiparándose a países como Estados Unidos. Nos encontramos con una gran cantidad de personas que poseen un exceso de peso debido a malos hábitos como una alimentación inadecuada o una vida excesivamente sedentaria, en donde el deporte no es lo habitual.

En este artículo centramos nuestra atención en este último punto, pues diversos estudios han demostrado que la obesidad está ligada, tanto en niños como en adultos, con una baja autoestima.

Daremos también los pasos más adecuados que se deben tomar en estas situaciones, haciendo ver que, a pesar de ser obesos, nuestra autoestima y amor propio no debe disminuir lo más mínimo, simplemente debemos tomar cambios en nuestra vida para que podamos bajar de peso y sentirnos mejor.

La autoestima, algo fundamental

Para poder profundizar en el tema tenemos que comenzar haciéndonos una pregunta simple pero compleja a la vez ¿qué es la autoestima? Cuando hablamos de autoestima estamos haciendo referencia literalmente a la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Esto involucra los sentimientos, los pensamientos y las evaluaciones que ejecutamos sobre nosotros mismos, pudiendo estar relacionado con nuestro físico, nuestra forma de ser o de actuar.

Por tanto, nos podremos encontrar con una autoestima positiva o negativa hacia nosotros mismos, resultando importante en el desarrollo de nuestra vida. La clave consiste en ser objetivos y críticos, permitiéndonos conocernos a nosotros mismos, sin llegar a basar nuestra autoestima en las opiniones de los demás o siguiendo los estigmas establecidos por la sociedad.

La obesidad es aquel trastorno en el que se presenta un acúmulo excesivo de grasa, haciendo que el peso se vea incrementado. Muchas veces, esto puede deberse a trastornos metabólicos, consumo de ciertos medicamentos o simplemente hábitos inadecuados en nuestro día a día, como una incorrecta alimentación o una vida muy sedentaria.

Por ello, si hablamos de obesidad tenemos que hablar de autoestima pues están muy relacionadas la una con la otra.

La obesidad y sus riesgos

Como hemos mencionado la obesidad repercute en nuestra salud física, pudiendo generar otros problemas de salud como diabetes, problemas a nivel óseo por el exceso de peso, aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, … Además de todo esto, la obesidad puede ser una traba psíquica para muchas personas, pues puede disminuir nuestra autoestima al ver que tenemos un cuerpo que no es el ideal.

Debe quedar claro que cada persona debe sentirse feliz con su cuerpo. No obstante, no debe fomentarse como se está haciendo ahora, que da igual el peso que se tenga, siempre y cuando estemos felices. Esto es una falsedad que hace que la obesidad sea algo normal sin serlo. De hecho, como se explica en multitud de publicaciones científicas, la obesidad es un problema muy serio que repercutirá sobre nuestra salud de muchas formas:

  • Hipertensión.
  • Elevados niveles de colesterol y triglicéridos en sangre (dislipemia).
  • Riesgo de ataques cardíacos.
  • Insuficiencias cardiacas.
  • Aumento del riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) o ictus.
  • Problemas a nivel articular y a nivel óseo como consecuencia del gran peso que han de soportar.
  • Apnea del sueño ocasionando sueños no reparadores que van a generarnos cansancio en nuestro día a día.
  • Problemas hepáticos.
  • Incremento del riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.

Estos son simplemente algunos de los muchos riesgos que entraña la obesidad, siendo fundamental para evitarlos mantener un estilo de vida saludable en donde se siga una dieta sana y equilibrada, además de practicar actividad física de forma asidua. Recordamos no abogar por cuerpos de ensueño como los vistos en las redes sociales, las películas o en la publicidad, sino por cuerpos reales pero sanos.

La vinculación de la obesidad con la autoestima baja

En la actualidad vivimos en un mundo en donde las apariencias lo son todo. Vemos en las redes sociales como, a diestro y siniestro, mucha gente presume de cuerpos esculturales; y en las películas sólo se muestran cuerpos imposibles, siendo ello una traba para aquellas personas que simplemente desean verse mejor. Todo esto genera que las personas con algo de exceso de peso se sientan inferiores a dicha gente con cuerpos esbeltos, generando problemas de autoestima.

Diversos estudios han demostrado como una insatisfacción con nuestro cuerpo hace que tengamos baja autoestima. Esto significa que una persona obesa puede ser rechazada por sí misma debido al repudio que muestra la sociedad hacia ellos, entrando en un bucle del que cuesta mucho salir. Esto hace que sea fundamental desarrollar técnicas de autoconocimiento para poder aprender a querernos y no hacer que nuestra felicidad dependa de los pensamientos de los demás.

No obstante, la obesidad no es algo con lo que se deba vivir. Es decir, no abogamos por que toda la población tenga cuerpo con muy poca grasa y una masa muscular excepcional, pero sí es cierto que la obesidad es un problema de salud que hay que erradicar, eliminando grasa para así bajar de peso de la forma más sana posible. Cada persona es un mundo y, por eso, es fundamental que si se tiene obesidad se acuda a un profesional para que trace el mejor plan posible para decir adiós definitivamente a esa tediosa condición, algo que debemos hacer por nuestro bienestar, y no por opiniones de los demás.

Acorde a los estudios realizados por Strauss en su obra “Childhood obesity and self-esteem”, los niños con obesidad presentan problemas con su autoestima, repercutiendo en su desempeño diario, tanto en sus estudios y en el deporte, como en inseguridades en su día a día.

Las dos causas de la obesidad

La alimentación

La comida presente en nuestros días dista mucho de ser la de antaño. Actualmente, nos encontramos en el mercado con gran cantidad de alimentos procesados ricos en azúcares y grasas saturadas e hidrogenadas cuya riqueza nutricional es escasa, además de ser productos con gran densidad calórica. Por eso, es fundamental que en casa y en los centros educativos se abogue por seguir una correcta alimentación, explicando a los más pequeños entender el porqué ha de realizarse una buena alimentación.

Muchos son los padres que, por “comodidad”, les dan a sus hijos la comida que estos desean. Dichas comidas suelen ser comidas rápidas, cargadas con mucha sal, grasas de mala calidad y calorías; o bien dulces y bebidas cargadas de azúcares. Todos estos alimentos sumamente calóricos van a hacer que el niño aumente de peso de forma exagerada, siendo primordial evitar su consumo y sustituirlo por el de alimentos adecuados y sanos.

El sedentarismo

Como siempre decimos, la alimentación y el deporte son un binomio fundamental para nuestra salud. En el caso de la obesidad resulta igual, ya que si es sedentario va a tener un gran riesgo de tener obesidad. En la actualidad esto se ha incrementado más, debido a las facilidades y comodidades  de nuestros días. Tiempo atrás, los niños jugaban en el parque con la pelota o corrían jugando al pilla-pilla, a diferencia de la actualidad, donde es muy común encontrarlos sentados  jugando con sus tablets o consolas. Todo esto ha generado que los niños prefieran quedarse en casa jugando con estos dispositivos electrónicos  que ir a correr al parque y jugar un partido con amigos.

Puede parecer algo simple, pero no es así. Simplemente con ese ejercicio, los niños lograrían mantener un buen estado físico, y, si además practican algún deporte extraescolar, mejor aún. Actualmente, el sedentarismo se ha extendido fuertemente entre los más pequeños de la casa, algo que debe desaparecer. Para ello, los mayores del hogar, debemos limitarles el uso de consolas, tablets u ordenadores. Tenemos que enseñarles que practicar deporte es divertido y que no hacérselo ver como una obligación, pues les generará rechazo.

En conclusión, estamos seguros de que, si fomentamos el deporte y la alimentación sana, podremos evitar que los niños tengan obesidad y prevenir que cuando crezcan sean obesos.

Las emociones y la obesidad

Es habitual en películas y series de televisión ver cómo el niño o adulto “gordito” es risueño y feliz. La obesidad no es un aspecto para tomarlo a risa, pues afecta a nuestra salud, tanto mental como física. Pongamos un ejemplo: un niño de 6 años que presente obesidad irá al colegio como cualquier otro niño de su edad, pero ¿podrá realizar las mismas actividades que los demás? No, pues tener obesidad le implica tener ciertas afecciones, desde cansarse antes hasta incluso desarrollar problemas de salud más serios.

Se han realizado estudios con niños de edades comprendidas entre los 5 y los 11 años y la gran mayoría rechazaba la idea de tener exceso de peso.

Todo esto no sólo repercutirá en la salud mental del niño, haciendo que puedan sentir ansiedad, aislamiento social, depresión e infinidad de problemas, sino que, además, muchos niños podrán llegar a rechazarles e incluso acosarles. No obstante, la evidencia indica que los niños con sobrepeso y obesidad suelen tener la autoestima más baja que los niños con normopeso. Todo esto puede desencadenar que se metan con ellos por su tamaño, sujetos a burlas continuas e incluso, acoso.

Estudios sobre la obesidad

Actualmente, la obesidad está presente en la sociedad más de lo deseado, ya sea a causa de una mala alimentación o a la ausencia de ejercicio. La medicina respalda todo lo que vamos a mencionar a continuación, siendo la obesidad una condición que, en definitiva, debe erradicarse por el bien de la salud:

Las personas que tienen obesidad van a ser más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares.

  • Aumenta la probabilidad de sufrir diabetes, entre otras patologías.
  • Debido al rechazo social que puede generarse, la obesidad puede ocasionar estragos en la psique del individuo, haciendo que la ansiedad y la depresión acechen en mayor medida.
  • Descenso de los niveles de autoestima.
  • Ante estímulos emocionales negativos, como tristeza o enfado, suele ingerirse más comida de la adecuada para equilibrar el estado de ánimo (hambre emocional).

Aumentar nuestra autoestima

La percepción que tenemos sobre nosotros mismos resulta fundamental para nuestra vida. Una autoestima positiva es necesaria para poder erradicar la obesidad; teniendo una percepción óptima de nosotros, seremos conscientes de que, si cambiamos nuestros hábitos, mejoraremos nuestro estado de salud.

La autoestima se construye durante toda nuestra vida, siendo clave trabajar en ella desde la niñez. Otro punto clave para el desarrollo de nuestra estima es la adolescencia, momento en el que nuestra identidad se consolida. Por tanto, podríamos estimar que, si un niño o un adolescente crece con obesidad, lo más probable es que vaya desarrollando una autoestima negativa hacia él mismo, llegando a la madurez bastante dañado. Por otra parte, nos podremos encontrar casos en donde la obesidad aparezca en la edad adulta, algo que no siempre tiene por qué afectar a nuestra autoestima.

No obstante, además de la autoestima, la obesidad afecta a la salud y no debemos solamente abogar por estar bien con nuestro cuerpo, pues podemos desarrollar mecanismos para ser felices con esta situación, pero debemos ser conscientes de que supone un gran riesgo para nuestra salud.

gente feliz superando su autoestima y

¿Es posible que la obesidad afecte a la autoestima y viceversa?

Sí. Una persona que tenga sobrepeso u obesidad es probable que presente una autoestima baja. Esto radica en los estigmas sociales, que fomentan ideales de cuerpos esbeltos en muchos casos, viendo cómo las personas obesas suelen ser rechazadas en muchos aspectos. Esto hace que las personas que tengan obesidad se sientan diferentes a los demás, pudiendo disminuir su autoestima.

Además, diversos estudios han demostrado que una persona delgada, pero con baja autoestima, puede volverse obesa. Se debe a las emociones no gestionadas que conlleva que puedan comer en exceso para calmar emociones como tristeza, soledad o enfado. Esto hace que se vincule el comer con momentos de dicha índole, propiciando un incremento del peso.

¿Es importante sentirse feliz cada uno con su cuerpo aunque sea obeso?

Sí. Debemos querernos y saber valorarnos. No por tener mayor peso que otra persona seamos inferiores. Lo cierto es que actualmente nos encontramos con el desarrollo de ciertas conductas que avalan que da igual ser obeso con tal de ser feliz. Esto es un error, pues la obesidad es un problema serio de salud que condiciona a la persona que la tenga, tanto a nivel físico como psicológico.

Por eso, es fundamental quererse a sí mismo y conocerse. Partiendo de esa idea, tenemos que ser conscientes de que, sí tenemos un exceso de peso, nuestra salud se verá comprometida, siendo muy importante tomar ciertas medidas para mejorar dicha condición, no por estética, sino por salud.

¿La obesidad afecta a nuestra salud?

Sí. La obesidad conlleva un exceso de tejido adiposo en nuestro organismo que, además de generarnos que pesemos excesivamente, derivará en la aparición de gran cantidad de problemas de salud como:

  • Diabetes tipo 2.
  • Hipertensión.
  • Enfermedades cardíacas.
  • Incremento del colesterol y los triglicéridos (dislipemia).
  • Aumento en el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares (ACV) e ictus.
  • Ansiedad y depresión.
  • Problemas articulares y óseos.
  • Apnea del sueño.
  • Aumento de la glucosa en sangre (glucemia).
  • Cálculos biliares.
  • Mayor riesgo de padecer diversos tipos de cáncer.
  • Problemas hepáticos y renales.
  • Problemas en el periodo de gestación, por ejemplo, diabetes gestacional.

¿La obesidad puede repercutir en nuestras emociones?

Las emociones pueden verse alteradas si tenemos un estado físico que no consideramos adecuado. En el caso de tener obesidad podemos sentirnos inferiores a los demás, no contentos con nuestro cuerpo y desarrollar problemas como estrés, ansiedad e incluso depresión.

Por tanto, las personas que tienen obesidad pueden desarrollar conductas de aislamiento social, frustración, hambre emocional y diversos tipos de alteraciones conductuales que repercutirán en su salud.

¿Es fundamental para aumentar nuestra autoestima saber valorarnos?

Querernos como somos, con nuestras virtudes y defectos, intentando dar cada día una mejor versión de nosotros mismos van a ser simples pasos que podemos tomar para mejorar nuestra autoestima.

A continuación mencionamos una serie de consejos que pueden seguirse para mejorar la autoestima:

  • Ser realistas: si tenemos obesidad debemos reconocerlo y tomar las medidas pertinentes para mejorar nuestra condición. Esto puede conseguirse cambiando nuestros hábitos de vida o, incluso, pidiendo ayuda a un especialista. Es importante ser consciente de que no tenemos el cuerpo de una superestrella de Hollywood, pero en nuestra mano está el cambio, y si nos quedamos “de brazos cruzados”, no veremos ningún cambio por arte de magia.
  • Positividad: ser positivos es algo clave para poder mejorar nuestra autoestima. Si tenemos algún kilo de más cabe recordar que mejorando nuestra alimentación, haciendo algo de deporte y modificando ciertos hábitos vamos a conseguir un cambio importante. No tenemos porqué emular a deportistas de élite, si no ir incorporando un mayor grado de actividad física en nuestro día a día.
  • No castigarse: muchas veces, cuando ganamos algún kilo de más o no bajamos al peso deseado, podemos castigarnos y sentirnos culpables de no lograr la meta que nos hemos propuesto. Debemos ser conscientes de nuestras aptitudes y que todo requiere un tiempo para el cambio. Si tenemos obesidad actuemos y busquemos el cambio como meta.
  • Cuidarse: es fundamental sentirnos felices con nosotros mismos, tanto por dentro como por fuera. Es importante amar el cuerpo que tenemos siempre y cuando este nos aporte bienestar a nuestra salud.

¿Está ligada la obesidad con la depresión?

SÍ. Cuando una persona tiene sobrepeso puede sentirse diferente a los demás y pensar que no encaja en ningún sitio. Dicha autodiferenciación hace que la persona obesa se encierre en sí misma y, si no pone remedio a ese aislamiento, puede derivar con el paso del tiempo en problemas como la ansiedad o incluso depresión.

¿Está ligada el hambre emocional con la obesidad?

En otra ocasión hemos hablado del hambre emocional (buscamos estar bien emocionalmente con la comida). Muchas personas que están obesas, desde niños a adultos, ante momentos de emocionales inestables optan por comer más de lo debido, conllevan un aumento de peso. Todo esto se traduce en un círculo vicioso en el que cada vez se encuentren peor por su peso, coman más para calmar dicha sensación y luego vuelvan a sentirse igual para repetir el mismo proceso.

Es fundamental en ese punto acudir a un psicólogo o especialista en la materia que establezca una terapia adecuada para aprender a manejar las emociones y no depender de la comida para su control.

En otra ocasión hemos hablado del hambre emocional (buscamos estar bien emocionalmente con la comida). Muchas personas que están obesas, desde niños a adultos, ante momentos de emocionales inestables optan por comer más de lo debido, conllevan un aumento de peso. Todo esto se traduce en un círculo vicioso en el que cada vez se encuentren peor por su peso, coman más para calmar dicha sensación y luego vuelvan a sentirse igual para repetir el mismo proceso.

Conclusión

Hemos tratado un tema complicado como es la obesidad y su vinculación a diversos aspectos emocionales, como la autoestima. Debemos querernos tal y como somos, siempre y cuando estemos sanos. Diferentes conductas desarrolladas en estos años que abogan por querer nuestro cuerpo tal y como esté está generando que los problemas de obesidad no sean considerados como problemas para la salud.

La obesidad mata cada año a miles de personas debido a que trae consigo infinidad de problemas para nuestra salud como diabetes, accidentes cardio-cerebrovasculares, problemas óseos, …. entre otros muchos otros. Por tanto, es fundamental desarrollar medidas para ir erradicando la obesidad, algo que debe hacerse desde la infancia para que siga así de por vida. Una vida en donde el deporte y una buena alimentación sea lo habitual, además de una serie de buenos hábitos, van a ser claves para poder evitar la obesidad y poder gozar del mejor estado de salud posible.

Es fundamental en ese punto acudir a un psicólogo o especialista en la materia que establezca una terapia adecuada para aprender a manejar las emociones y no depender de la comida para su control.

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Bibliografía

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