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En muchas ocasiones encontramos en los medios de comunicación frases como “tuvo una crisis de ansiedad”. También es frecuente escuchar a personas que dicen “cuando tengo ansiedad me da por comer chocolate”, o incluso “engordo porque pico o como por ansiedad”, etc. Sabemos que muchas personas tienen tendencia a comer más de la cuenta cuando se encuentran ansiosas o estresadas.

comer por ansiedad

Pero ¿qué es realmente la ansiedad?

En primer lugar, hemos de saber que la ansiedad es una experiencia humana normal, regulada genéticamente, y que es común a todos los humanos. De hecho, se trata de una respuesta adecuada que nos permite anticiparnos a ciertas situaciones de peligro.

Los síntomas físicos de ansiedad son la respuesta del sistema nervioso autónomo para preparar al organismo para la lucha o para la huida: aumenta la respiración, el corazón late más deprisa, los músculos se ponen en tensión, se agudizan los sentidos como la vista… y, por tanto, en su origen es beneficiosa, ya que nos protege.

¿Existe una ansiedad normal y una ansiedad patológica?

La diferencia entre la ansiedad normal y la ansiedad patológica, a veces, es poco clara.
Por ejemplo, puede considerarse como ansiedad normal la tensión que un estudiante siente ante un examen, o la de una persona ante una entrevista de trabajo. También hay muchas otras situaciones que pueden causar ansiedad, como ser padre por primera vez o un divorcio.

La ansiedad normal suele durar un tiempo limitado y no llega a afectar a la persona en su vida cotidiana. Incluso un nivel soportable de ansiedad o tensión permite estar más atento (conducir de noche), concentrarse (en un examen), hacer trabajos más concienzudamente (poner los cinco sentidos), o acabar antes una misión (aprovechar mejor el tiempo).

Se considera ansiedad patológica cuando interfiere con la vida de la persona, en mayor o menor grado, a veces incluso llegando a bloquearla. Imaginemos a una persona que tiene que hablar en público y que su nivel de ansiedad le hace temblar, tartamudear o incluso quedarse sin voz.

¿Cómo es exactamente un trastorno de ansiedad?

La ansiedad patológica se caracteriza por el grado de afectación que produce en la vida de la persona que la sufre. Cualquier persona puede sentirse ansioso antes de una entrevista de trabajo o una primera cita con alguien, pero en la persona que tiene un trastorno de ansiedad, su grado de sufrimiento le puede llevar a cancelar la entrevista o no acudir a la cita, debido al temor de lo que se pueda pensar de ella.

Los síntomas de la ansiedad patológica incluyen respuestas físicas como palpitaciones, sudoración, sensación de falta de aire o malestar gástrico; también pueden aparecer pensamientos distorsionados y recurrentes de preocupación excesiva; junto a ello, se producen cambios de comportamiento que interfieren en sus actividades cotidianas y en la relación con los demás. La ansiedad patológica es severa y persistente, produce malestar físico y emocional, altera sus pensamientos y se convierte en una barrera para disfrutar de la vida.

¿Hay diferentes formas de ansiedad patológica?

Entre los trastornos de ansiedad existen varias modalidades, como la ansiedad generalizada, las crisis de pánico, las fobias o miedos circunscritos y los trastornos obsesivo-compulsivos.

La ansiedad generalizada es «la presencia de ansiedad y preocupación excesivas por una variedad de temas, eventos o actividades». Las fobias consisten en una ansiedad intensa hacia algo específico (un miedo intenso a las alturas, a los animales, etc.) También están la claustrofobia y la agorafobia o miedo a los espacios abiertos o a las aglomeraciones.
El trastorno de ansiedad social implica un miedo a la evaluación negativa de uno mismo por parte de los demás, a sentirse humillado o un miedo a la desaprobación.

agorafobia

Todas las formas de ansiedad patológica tienen tratamiento médico muy efectivo, tanto con medicación como con psicoterapia. También pueden ser de ayuda los hábitos de estilo de vida saludables, las técnicas de relajación y la respiración diafragmática. El ejercicio, el baile, una dieta saludable y el tiempo de calidad con los seres queridos también ayudan a controlar el trastorno de ansiedad.

En definitiva, si una persona tiene síntomas de ansiedad persistentes y sobre todo si le limitan en sus actividades e interfieren en su vida de manera evidente, es mejor que lo consulte a un profesional.

La ansiedad que hemos llamado normal se puede gestionar aprendiendo a relajarse, a tomarse las cosas de otra manera, a auto-exigirse un poco menos y a dedicar un poco de su tiempo a hacer las cosas que le gusten y disfrutar de la vida.

Dr. Rafael Casas.
Psiquiatra.

como superar la ansiedad

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