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Es muy probable que a estas alturas hayas oído hablar sobre los probióticos y sobre sus beneficios y la importancia que tienen estos microorganismos presentes en el intestino humano para el buen funcionamiento del organismo.

Los probióticos se encuentran en algunos alimentos y suele ser necesario consumirlos mediante un suplemento dietético en casos específicos como el tratamiento de alguna enfermedad intestinal o metabólica. En esta publicación te hablaremos sobre ellos y sobre sus efectos positivos para la salud.

Probióticos ¿Qué son exactamente?

Son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud de la persona, como muestran los estudios de la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP).

La microbiota intestinal hace mención a los microorganismos o bacterias probióticas presentes a nivel intestinal. Ésta comienza a formarse en el seno materno, durante el momento del parto y cuando los bebés son amamantados exclusivamente durante los primeros meses de vida.

Sin embargo, cuando esa microbiota intestinal se desequilibra, el intestino se puebla de bacterias no saludables y disminuyen las beneficiosas, afectando al sistema inmunológico y dejando al organismo vulnerable frente a ciertas enfermedades.

El desequilibrio de la microbiota intestinal, también mal llamada flora intestinal, puede presentarse debido a múltiples factores, entre ellos la edad, una alimentación desequilibrada o el consumo frecuente de fármacos y antibióticos.

¿Qué función cumplen estos microorganismos?

Los probióticos realizan una serie de funciones beneficiosas para nuestro organismo, entre ellas:

  • Ayudan a combatir infecciones respiratorias y reducen las respuestas alérgicas.
  • Sintetizan y mejoran la disponibilidad de nutrientes.
  • Aumentan las defensas del organismo, reforzando el sistema inmune.
  • Contribuyen a combatir diarreas asociadas al uso de ciertos antibióticos.
  • Ayudan a mejorar los síntomas en las enfermedades inflamatorias del intestino.
  • Mejoran los síntomas del síndrome de fatiga crónica.
  • Pueden ayudar a inhibir el crecimiento de salmonellas y Heliobacter pylori en el tracto gastrointestinal.
  • Evitar enfermedades del intestino como el síndrome de colon irritable, colitis, inflamación intestinal.

Cómo actúan los probióticos en el cuerpo

Para que los probióticos que ingerimos puedan cumplir sus funciones en nuestro organismo adecuadamente, es necesario que resistan a los efectos destructores propios de la saliva, la bilis, la acidez gástrica y las secreciones pancreáticas.

Así, la actuación que realizan estos microorganismos puede variar de una persona a otra según su estado de salud, su edad o su género, entre otros factores.

Los probióticos son capaces de crear un efecto barrera protector de la pared intestinal que impide la entrada de patógenos y sustancias tóxicas al interior del organismo, creando mucus y compuestos antimicrobianos o arqueros que acaban con virus, bacterias y otros patógenos. Además, producen algunos compuestos antimicrobianos como el ácido acético, el ácido láctico, el butírico y el propiónico, los cuales se encargan de generar bacteriocinas, que son los péptidos capaces de provocar el proceso de ruptura en las bacterias patógenas, por lo que se estima que son bactericidas.

Además, llevan a cabo el proceso de inmunomodulación, ya que algunas cepas actúan sobre el sistema inmune.

¿Cómo se consumen los probióticos?

Los seres humanos cuentan con dos maneras específicas para consumir los probióticos: por medio de los alimentos o de suplementos específicos que los contienen.

Alimentos considerados como probióticos

Algunos de los alimentos que contienen probióticos son los siguientes, aunque el inconveniente es que se destruyen con facilidad en el tracto gastro-intestinal:

Kéfir: es un producto que se fermenta con bacterias y levaduras, similar al yogur, con la excepción de que su cantidad de probióticos es mucho más elevada.

Yogur: representa la fuente más habitual del consumo de probióticos a través de la alimentación.

Kombucha: se trata de una bebida fermentada elaborada principalmente con té negro.

Leches fermentadas: son productos que en su mayoría contienen Lactobacillus, dentro de los cuales el más reconocido es el Yakult.

Alimentos orientales a base de hortalizas, legumbres y soja: entre ellos destaca el tempeh, el kimchi, el natto y el miso, los cuales son ofertados en tiendas especializadas.

Pepinillos: generalmente se elaboran en agua con sal y se dejan fermentar por un tiempo determinado.

Chucrut: preparado culinario obtenido por medio de la fermentación de las hojas del repollo o col blanca.

Levadura natural: conocida también como masa madre, se refiere a un cultivo vivo que contiene bacterias y levaduras que se generan en el proceso de fermentación de algunos cereales como el trigo. También es producida por los microorganismos presentes de manera natural en el ambiente y se utiliza en la elaboración de productos como galletas, pan y tartas.

Vinagre de manzana: contiene una serie de probióticos que producen efectos beneficiosos como la disminución de los niveles de colesterol en sangre y de la presión arterial alta.

Los probióticos también están presentes en algunos quesos, por lo que es necesario leer el contenido nutricional de estos alimentos con el objetivo de confirmar si tienen o no estas bacterias.

En este sentido, para mantener en buen estado la microbiota se puede incluir en la alimentación alimentos que contengan probióticos en su composición, especialmente después de consumir antibióticos que afectan considerablemente a la microbióta.

Suplementos de probióticos

Los probióticos pueden consumirse como suplementos alimenticios para tratar determinadas patologías o condiciones. Pueden encontrarse en diversas presentaciones como sobres, líquidos o cápsulas que se ingieren con zumos naturales o agua para garantizar su efecto.

Existen muchos productos en el mercado que ofrecen estos probióticos, los cuales incluyen uno o más especies de bacterias. De todos ellos, algunos de los más relevantes son estos:

Bifidobacterium animalis: tiene la particularidad de que facilita la digestión, ayuda a combatir las bacterias que se ingieren en comida contaminada y fortalece el sistema inmune.

Lactobacillus fermentum: ayuda a neutralizar las toxinas que se liberan durante el proceso digestivo, mejorando de esa manera el ambiente en el que crece la microbiota intestinal. Además, interviene en procesos de dermatitis atópica.

Bifidobacterium bifidum: se encuentra tanto en el intestino delgado como el grueso y ayudan a la digestión de productos lácteos.

Lactobacillus rhamnosus: está presente en el intestino ayudando a combatir los procesos de diarrea, en especial la “diarrea del viajero”. También suele ser muy efectiva en el tratamiento de la Candida, el eccema y el acné. Además, puede reducir los niveles de colesterol en sangre.

Bifidobacterium breve: se encuentra tanto en el intestino como en el tracto vaginal, ayudando así a combatir las infecciones por hongos o bacterias.

Lactobacillus reuteri: se ubica en el tracto digestivo, donde ejerce una función importante contra la infección provocada por Helicobacter pylori. Mejora la motilidad gástrica y tolerancia de los alimentos.

Bifidobacterium longum: es una de las bacterias más comunes en el intestino y ayuda a eliminar todas las toxinas presentes en el organismo.

Lactobacillus acidophilus: es uno de los tipos de probióticos más importantes que existen, pues favorece el proceso de absorción de algunos nutrientes, facilita la digestión y combate algunas infecciones. También se ubica en la vagina, evitando el desarrollo de infecciones genitales.

Lactobacillus gasseri: hay estudios que la relacionan con la pérdida de peso y reducción en la absorción de grasas.

A mayor variedad de probióticos y cantidad de bacterias dentro de cada comprimido el suplemento será mucho más efectivo, debido a que facilita el desarrollo y equilibrio de una flora intestinal saludable.

Igualmente, es importante elegir probióticos de última generación que aseguren, por su formulación, que llegan las cantidades indicadas de baterías probióticas.

¿De qué manera se tienen que ingerir los probióticos?

La recomendación que hacen los expertos acerca de la mejor manera de ingerir los probióticos como suplemento es optar por un producto que contenga al menos entre dos y diez billones de bacterias vivas. Importa tanto la cantidad como la variedad, de cuantas más cepas mejor.

En este caso, lo más adecuado es leer bien la etiqueta del producto porque allí se indica claramente la cantidad de microrganismos que se consumen con cada dosis, así como el tipo de bacteria que contiene. Esta información es importante porque permite escoger aquellas que sean necesarias para tratar una condición específica en una dosis adecuada.

El mejor momento para tomar los probióticos es 30 minutos antes o 2 horas después de las comidas, con el objetivo de garantizar que las bacterias puedan sobrevivir a los jugos gástricos y de esa manera permanezcan en el intestino, donde se multiplican con facilidad.

Para mejorar este proceso, además de consumir suplementos de probióticos o alimentos ricos en microorganismos es necesario llevar una alimentación saludable rica en fibra, pues alimenta y hace que se multipliquen las bacterias en el intestino.

Consumo de probióticos en niños

De acuerdo a los resultados obtenidos en investigaciones científicas, los probióticos aportan beneficios importantes en los niños, especialmente cuando presentan cólicos intestinales, diarrea o inflamación intestinal, así como, por ejemplo, molestias gástricas.

Ante alguna situación intestinal específica en los niños, lo más adecuado es hacer una consulta al pediatra, pues es quien puede identificar si es necesario administrar algún probiótico, qué tipo es el más adecuado según el caso y la dosis necesaria para mejorar su estado de salud.

¿Qué son los prebióticos y sus beneficios?

Son sustancias de nuestra dieta que nutren a los microorganismos que habitan en nuestro intestino, favoreciendo el crecimiento de las bacterias beneficiosas para la salud y nutriendo a aquellas ya existentes en nuestro organismo.

Los beneficios de los prebióticos son numerosos:

  1. Estimulan el sistema inmune.
  2. Propician el desarrollo de las bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal y dificultan el crecimiento de las patógenas.
  3. Facilitan la absorción de algunos minerales como el calcio, el magnesio y el hierro.
  4. Favorecen la síntesis de ciertas vitaminas del grupo B y K.
  5. Reducen los trastornos digestivos, ayudando a mantener el equilibrio intestinal.
  6. Mejoran la función intestinal, evitando el estreñimiento
  7. Reducen el riesgo de sufrir cáncer de colon y enfermedad inflamatoria intestinal.

Probióticos y prebióticos ¿Cuál es la diferencia entre ambos?

La diferencia de los probióticos y los prebióticos se basa principalmente en que los primeros son bacterias beneficiosas que viven en el intestino, mientras que los segundos son a una serie de fibras de las que se alimentan los probióticos para favorecer su proliferación y supervivencia.

Algunos de los ejemplos de prebióticos naturales presentes en los alimentos son el plátano verde, la avena, la biomasa de plátano verde, el ajo o la cebolla, entre otros.

Los probióticos forman parte de la vida bacteriana que existe en el intestino y otras zonas del cuerpo, ejerciendo una serie de funciones beneficiosas para el organismo. Por todo ello, mantener el equilibrio necesario de muestra microbiota intestinal,tanto en número como en diversidad de especies, es fundamental.

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Cristina García

Cristina García

Coordinadora del Departamento Médico NutriCare

Colegiada: 24412
Licenciada en Farmacia (Orientación Dietético-Farmacéutica) (Universidad Complutense de Madrid).
Doctorada Nutrición (Facultad Farmacia Universidad Complutense).
Técnico Especialista en Nutrición (Instituto Ciencias de la Salud y la Actividad Física).
Máster Especialista en Nutrición deportiva  (International University Study Center Universidad Cádiz).
Máster Especialista en nutrición y Deporte (Escola Gallega de Formación).

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