Ha llegado el verano con sus compañeros habituales, el sol y el calor. Las altas temperaturas hacen que se sude más, con la consiguiente pérdida, a través del sudor, de agua y electrolitos. Por ello se hace imprescindible que conozcas la mejor forma de hidratarse en verano. En esta época del año, vigilar la hidratación y la ingesta diaria de líquidos, sobre todo agua, ayuda al organismo a regular la temperatura corporal, manteniéndola dentro de los límites normales.
¿Conoces realmente lo importante que es el agua?
El agua es un recurso natural indispensable para la vida, considerado un nutriente esencial en la alimentación cotidiana: el ser humano puede pasar días, incluso meses sin comer, pero tan sólo de 5 a 10 días sin beber.
El agua es un componente básico de nuestro organismo. Su contenido varía en función de distintos factores como el sexo, la edad y la composición corporal (porcentaje de masa grasa y muscular). El agua representa, de media, el 60% del peso corporal en los hombres adultos y el 50-55% en las mujeres.
Se ha comprobado que, a medida que el tejido adiposo (grasa) aumenta, la porción de agua corporal disminuye. Por esta misma razón, las mujeres suelen tener un porcentaje de agua menor que el de los hombres, ya que tienen mayor cantidad de grasa que éstos.
Entre los órganos y sistemas con mayor cantidad de agua destacan: la sangre y el riñón (83%), los pulmones (79%), el corazón (78-79%) y el músculo (76%). El tejido adiposo contiene una menor cantidad de agua (10%).
El agua es fundamental para el desarrollo de las funciones vitales del organismo: regula la temperatura corporal y libera el exceso de calor producido, transporta nutrientes y oxígeno a las células, facilita las reacciones químicas de transformación de los nutrientes en energía, ayuda a eliminar toxinas a través de la orina, heces, respiración y sudor; lubrica las articulaciones, interviene en la digestión de los alimentos, protege los órganos vitales y por supuesta ayuda a hidratarse en verano.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha mostrado su apoyo a la importancia que tiene el consumo de agua en dos funciones esenciales de nuestro organismo: el mantenimiento de la termorregulación y el correcto mantenimiento de las funciones físicas y cognitivas.
El 20-30% del agua de nuestro organismo proviene de los alimentos que consumimos, el 70-80% del agua y bebidas que 
ingerimos y un pequeño porcentaje proviene del metabolismo de nuestro cuerpo. En condiciones normales, debe existir un equilibrio entre la cantidad ingerida y la que se elimina.
En el adulto, en términos generales, se considera que es suficiente ingerir 1 ml de agua por kcal ingerida. Aunque habrá que tener en cuenta que las necesidades para hidratarse en verano, cambian de acuerdo a las circunstancias, aumentando en climas cálidos, con excesivo ejercicio físico, con quemaduras, fiebre y otras situaciones patológicas.
El Decálogo para hidratarse en verano correctamente
1. Ingerir líquidos en cada comida y entre las mismas.
2. Elegir el agua preferentemente al resto de bebidas y a ser posible agua con un adecuado contenido en sales minerales.
3. Aumentar el consumo de frutas, verduras y ensaladas.
4. No esperar a tener sensación de sed para beber. Disponer de agua u otro líquido a mano.
5. Mantener las bebidas a temperatura moderada, ya que si están muy frías o muy calientes se suele beber menos.
6. Niños y ancianos son colectivos que presentan mayor riesgo de deshidratación.
7. Elegir las bebidas de acuerdo con el nivel de actividad física, necesidades de salud y estilo de vida.
8. Aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después del ejercicio.
9. Si está realizando alguna dieta para perder peso consuma siempre agua y bebidas bajas en calorías.
10. Diez raciones de líquidos al día es una buena referencia para una correcta hidratación (1 ración = 200 a 250 ml).
Recuerda seguir estos consejos y vive el verano feliz.
Dra. Nieves Palacios Gil de Antuñano.
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