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El paso del otoño al invierno suele traer consigo la llegada de temperaturas más bajas y de condiciones climáticas más adversas. Estos cambios meteorológicos también se ven acompañados de una modificación en nuestras rutinas diarias, especialmente en lo que a hábitos alimenticios se refiere, pues buscamos platos calientes que ayuden a combatir esas bajas temperaturas.

En este post os hablaremos de los patrones alimenticios propios de esta época invernal y de cómo preparar platos calientes que sean completos y saludables en cuanto a su composición.

CAMBIO DE HÁBITOS CON EL CAMBIO DE ESTACIÓN

El invierno es una estación del año que se caracteriza por la existencia de días más cortos (anochece antes al haber menos horas de luz solar), noches más largas, heladas y temperaturas más bajas, … Estas últimas son las causantes de que aparezcan en nuestros armarios prendas de ropa como abrigos, jerséis, bufandas, guantes… para lograr, con ello, aclimatar nuestra temperatura corporal.

Debido también a este frío, solemos dejar de lado nuestra rutina habitual de ejercicio, de paseo…, sustituyéndolo por quedarnos sentados en el sofá viendo la televisión o trabajando con el ordenador y la calefacción puesta. Sin embargo, pese a estas bajas temperaturas, el hábito de ejercicio diario no debe olvidarse. Por ejemplo, si estamos acostumbrados a salir a caminar unos minutos bastará con abrigarse más para combatir el frío.

Por otro lado, durante esta época, nuestros hábitos alimenticios también se modifican, como os indicamos a continuación.

ALIMENTACIÓN SALUDABLE EN ÉPOCA INVERNAL

El frío propio del invierno hace que platos como las ensaladas o el gazpacho dejen de ocupar nuestro día a día, dando paso a otros calientes como sopas, caldos, purés, cremas, guisos y estofados. Éstos últimos suelen asociarse a platos muy calóricos y desequilibrados, pero no tiene porqué ser así si se controla la cantidad consumida y si son preparados con diferentes ingredientes que hagan que se conviertan en platos de una gran riqueza nutricional.

Algunos de los consejos a tener en cuenta para llevar a cabo una alimentación saludable durante el invierno son:

Las frutas y verduras han de seguir formando parte de la alimentación diaria

Además de ayudarnos a hidratarnos, gracias a su elevado contenido en agua (lo cual es especialmente importante en verano como os comentamos en anteriores post), ambas son ricas en gran cantidad de vitaminas y minerales.

Incluye en tu dieta diaria alimentos ricos en nutrientes con función antioxidante

Para reforzar nuestro sistema inmunológico y protegernos frente a los resfriados o catarros comunes habituales de esta estación, se aconseja optar por alimentos con alto contenido en nutrientes antioxidantes. Un ejemplo son los ricos en vitamina C, entre los que se encuentran los cítricos (naranja, pomelo, mandarina, …), el pimiento, el kiwi, el brócoli, el perejil, …

Las legumbres son un alimento a tener en cuenta

Durante esta época es común recurrir a platos calientes elaborados a base de legumbres. Además de ser una excelente fuente proteica vegetal y de fibra, son alimentos ricos en diversidad de vitaminas y minerales que, combinadas con otros ingredientes como las verduras o los cereales integrales, pueden dar lugar a platos únicos, completos y equilibrados.

Opta por fuentes proteicas magras

Como durante el resto del año, es preferible optar por fuentes proteicas cuyo contenido graso sea bajo: pescado blanco (dorada, gallo, lenguado, merluza, pescadilla, …), carne blanca (pollo, pavo, conejo, …), dando prioridad al pescado. Pese a que sí tiene un contenido graso destacable, el pescado azul (salmón, atún, sardinas, trucha, …) sería una excepción, ya que su aporte graso procede principalmente de ácidos grasos omega-3, los cuales poseen un efecto cardioprotector.

En cuanto a la forma de prepararlas, puede optarse, por ejemplo, por un asado, añadiendo una guarnición de verdura junto a ella.

Mantén siempre una adecuada hidratación

El invierno es una época del año en la que la sensación de sed es menor, motivo por el que es especialmente importante hidratarnos de manera adecuada. Para ello, aconsejamos recurrir al agua, a infusiones (evitando añadirles azúcar) y a caldos (en este caso deben evitarse los preparados a base de cubitos concentrados, pues su contenido en sal es muy elevado).

Para ayudarte a lograr esta adecuada hidratación, puedes incorporar el NutriTé en tu día a día, un complemento de bajo aporte calórico que ofrece también un elevado contenido de fibra, ayudando de este modo a cubrir sus requerimientos diarios.

¿CÓMO PUEDE AYUDARTE NUTRICARE?

NutriCare, dentro de su amplia gama de productos sustitutivos, cuenta con multitud de comidas que se toman calientes, ideales para combatir esta época de frío: sopas  (Sopa de pasta de champiñones con jamón, Crema de pollo), cremas (Crema de espárragos), pastas (Pasta Boloñesa, Pasta Carbonara, Pasta al Brócoli), Risotto de Setas… Además, son comidas completas (en lo que a su composición nutricional se refiere) y son bajas en calorías.

Si estás interesado en incluir alguno de estos productos en tu alimentación diaria, contacta con tu Asesor NutriCare, estará encantado de diseñarte un programa personalizado en el que se integren algunas de estas comidas calientes.

En caso de no disponer de Asesor, contacta con nosotros a través del 913588955 o rellena el siguiente formulario.

 

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